21 días que te cambiarán la vida

Nuestra vida no es más que un conjunto de hábitos: Cómo y cuándo dormimos, cómo trabajamos, lo que comemos o como nos vestimos… incluso la forma en la que hacemos el amor constituye una costumbre. Un estudio publicado por la Universidad Duke, en 2006, – y recogido en la revista QUO  – revelaba que más del 40 por ciento de las acciones que realizan las personas cada día, son hábitos. Tengo que adelgazar, tengo que hacer ejercicio, tengo que comer mejor, debo dejar de fumar…. ¿Pero cómo? La nutricionista Tania Sanz, autora del blog sobre cómo conseguir buenas rutinas de vida, lo explica con rotundidad «Cambia tu mente, cambia tus hábitos, cambia tu cuerpo». No te saltes este orden…

«No esperes hasta que las condiciones sean perfectas para comenzar, El empezar hace las condiciones perfectas».
Alan Cohen

Y, ¿cuánto se tarda en asimilar un nuevo hábito?

21 días, exactamente. Maxwell Maltz, un reconocido cirujano plástico de la década de los cincuenta, ya analizó esta integración de nuevos patrones al observar que, tras una operación plástica, por ejemplo de nariz, la media que tardaban los pacientes en acostumbrarse a su nuevo aspecto era de 21 días. Observó también que el Síndrome del Miembro Fantasma, en los amputados, seguía el mismo patrón de los 21 días.

Según Maltz, las personas sentimos y actuamos en función de la imagen que nos formamos de la realidad, no de la realidad en sí; de modo que acostumbrarnos a una nueva imagen de la realidad requiere un periodo de tiempo de adaptación mínimo de 21 días. Y esto mismo se cumple con los hábitos y costumbres, es necesario un período de afianzamiento de la nueva conducta, recoge el diario El País

Baumeister, psicólogo de la Universidad de Florida, y coautor de Fuerza de voluntad. Redescubrir la mayor fuerza del ser humano, escribe los ingredientes necesarios para alcanzar el éxito en el cambio de un mal hábito:

1. Establecer la motivación para hacer el cambio.

2. Fijar una meta clara; estudiar el comportamiento que nos llevará a la meta.

3. Ejercer la fuerza de voluntad.

Sobre este interesantísimo asunto que, si somos disciplinados, puede incluso, llegar a cambiarnos la vida en la dirección que deseamos, os propongo un RETO de nuestra colaboradora Macarena Cutillas, Directora de Californian Hot Yoga ¿Os animáis? Yo, desde luego me apunto!

CAMBIA TU VIDA CON EL
“RETO CALIFORNIAN HOT YOGA DE LOS 21 DÍAS”

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Del 11 de noviembre al 1 de diciembre 2015

21 días para reeducar un hábito ¿Leyenda o Ciencia?

Por Macarena Cutillas.

Me gustaría comenzar diciendo que los hábitos ya de por sí suponen enormes beneficios para los individuos, permiten automatizar conductas, lo que posibilita inclusive realizarlas de forma inconsciente.

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Clik here to view.Aunque pueda parecer un mantra que a fuerza de repeticiones ha hecho mella en las personas, en realidad la idea es totalmente científica y tiene su origen en William James, el padre de la psicología científica, quien en 1887 publicó un artículo denominado “El hábito”, que se anticipaba en más de un siglo a la actual neurología, y en concreto a la revolucionaria idea de la plasticidad de nuestro sistema nervioso y de nuestro cerebro. Su artículo, que incluiría posteriormente como capítulo IV de su obra Principios de Psicología, es una de las obras de referencia de esta ciencia.

Para reeducar un hábito según Williams James, filósofo y psicólogo norteamericano, existen dos conceptos que hay que distinguir, son el INSTINTO y la COSTUMBRE. El primero es un hábito de origen genético, mientras que el segundo es aprendido y se adquiría por educación o enseñanza, de forma que puede desaprenderse.

Según Williams “El umbral entre la permanencia y la transformación, se sitúa precisamente en un mínimo de repeticiones sistemáticas de la nueva costumbre deseada durante 21 días”.

Este proceso (en el que el cerebro convierte una secuencia de acciones en una rutina automática) es la causa de la formación de los hábitos. Las costumbres, según los científicos actuales, surgen porque el cerebro siempre está buscando la forma de ahorrar esfuerzo. Si comparamos cómo se viste o intenta atarse los zapatos un niño pequeño, a como lo hace de mayor. Por medio de la repetición (vestirse a diario) ha conseguido rutinizar la tarea y realizarla con suma rapidez.

“Somos lo que repetidamente hacemos. De esta forma, la excelencia no es un hecho aislado, sino un hábito”.
Aristóteles

Cuando iniciamos una actividad nueva, el aprendizaje acapara las estructuras más evolucionadas de nuestro cerebro situadas en la periferia del cráneo (neocórtex), pero a medida que las repetimos y rutinizamos, éstas van perdiendo protagonismo, hasta que al final, cuando ya somos capaces de realizarlas con “el piloto automático”, quien nos guía inconscientemente son los ganglios basales. ¡Qué sabio que es el lenguaje cuando describe la habituación a una tarea como ¡interiorización!, porque está describiendo exactamente lo que sucede dentro de nuestra mente.

“Primero creamos nuestros hábitos y después nuestros hábitos nos crean a nosotros”
John Dryde

Probad y ya me contareis…

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