No te acedas mucho
Existen variedad de dietas con enfoques y ópticas diferentes que pueden ayudarnos a adelgazar. En esta ocasión voy a hacer referencia a la dieta alcalina, pero fundamentalmente para cuidar nuestra salud.
En estos últimos años se ha puesto de moda hablar de la dieta alcalina, pero a mí personalmente me interesa como dieta de desintoxicación. ¡Dios mío!, ¿qué es eso?, ¿es que nos vamos a convertir en pilas alcalinas? Bromas aparte, parece que la naturaleza de nuestro organismo es sabia y todo parece consistir en que nuestro cuerpo lleve un equilibrio y ahí reside el que tengamos una buena salud. ¿Pero de qué equilibrio se trata? Ya desde 1907, el doctor William Howard indicó que elevados niveles de acidez en el cuerpo humano causados por los cambios de las costumbres alimenticias habían provocado enfermedades como el reuma o la artrosis. Y ahora, después de casi 110 años, empezamos a plantearnos la dieta alcalina como tratamiento medicinal, no sólo para curar sino para mantener nuestro cuerpo en óptimas condiciones. La cuestión se centra en garantizar el equilibrio alterado en nuestro organismo que generalmente ocurre por factores externos y malos hábitos.
Hay que introducir en nuestro organismo alimentos limpios para que recupere su estado natural
La dieta alcalina consiste en devolver a nuestro cuerpo el pH neutro; de este modo nos encontraremos mucho mejor y con la salud en condiciones.
¿En qué consiste?
Hay que abundar en una alimentación rica en verduras, arroz integral, legumbres, el trigo sarraceno. Retirar el pan blanco o las galletas industriales. El apio también debe estar entre nuestras prioridades.
La dieta alcalina pone énfasis en contar con unos niveles de pH neutro y para ello debemos tomar los alimentos adecuados. Y parece que los hemos perdido porque el exceso de acidez provocado por ingerir ciertos alimentos a base de productos químicos, comida procesada, o carnes muy hormonadas nos conduce a tener unos niveles de acidez muy altos en nuestro organismo. ¿Y qué ocurre si tenemos un elevado índice de acidez? Pues que nuestro cuerpo se convierte en el escenario perfecto para que habiten toda clase de agentes patógenos y podamos contraer una serie de enfermedades. Por lo tanto hay que lograr buscar el pH neutro a través de la alimentación idónea y mantener ciertos hábitos y costumbres. Así lo pone también de manifiesto Aliwalú Durian, health coach experta en dieta alcalina, basándose sobre la premisa que ciertos alimentos afectan a la acidez de nuestros fluidos corporales como la orina y la sangre. ¡Chicas, con la vida de llevamos! Dejándonos arrastrar por una alimentación concebida por la gran industria y tan negativa y que, junto a los niveles altos de estrés, nos conduce a esos índices de acidez muy altos, que según esta coach “es el entorno perfecto para que todo tipo de patógenos crezcan y estén en la gloria”.
¿Qué comer?
Es importante beber agua de mar en una proporción 5 a 1. También hoja verde, toda una fuente de clorofila.
Hay que tomar moderadamente o disminuir las carnes rojas o queso y abundar más en alimentos como verduras, trigo sarraceno, arroz integral, grano que hay que combinar con legumbres. Sería conveniente apartar a la vez harinas procesadas tales como las galletas industriales y el pan blanco. La dieta alcalina apuesta por el apio, el pepino, algas, jengibre, brócoli, que además son muy buenos reguladores hormonales. Para alcalinizar nuestro cuerpo debemos también que beber agua de mar en una proporción de 5 a 1. Para ello bien añadir al agua una pizca de sal marina o la denominada Himalaya e incluso algunos defensores de la dieta recomiendan tomar al levantarnos un vaso de agua templada con un chorro de limón, que aunque es ácido es también uno de los productos más alcalinos. Hay que llevar a las células alimentos limpios para que éstas estén bien oxigenadas y nuestro cuerpo bien hidratado y con luz. En definitiva, lo conseguiremos si alcanzamos en nuestro organismo el pH neutro. El pH es el grado de acidez de una sustancia.
Tenemos que evitar que nuestro cuerpo se convierta en el escenario perfecto para que habiten toda clase de agentes patógenos y podamos contraer una serie de enfermedades.
- Trigo sarraceno
- Arroz integral
- Legumbres
- Mijo
- Reishi (hongo utilizado en la cocina china)
- Apio
- Algas
- Granos (quinoa, trigo sarraceno, amaranto)
- Brócoli
- Pepino
- Jengibre
- Diente de león
- Uña de gato
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