Contamos contigo, pero no tanto
En la época medieval se diferenciaba una dama de una campesina, o un caballero de un plebeyo, en su físico. ¿Pero por qué razón?, independientemente de su higiene, acicalamiento, los ropajes, la diferencia estaba en que uno parecía un anciano comparándolo con el aristócrata o noble. La clase aristocrática o miembros de la nobleza de aquel entonces apenas hacían ejercicio, o un ejercicio controlado, apenas se “desgastaban”: jornadas de caza, que los llevaban casi en brazos; esgrima…y, por supuesto, las mujeres jamás, exceptuando algunas, hacían ejercicio al aire libre ni en ninguna otra parte.
Exactamente igual, aunque sea fea la comparación, que los animales de competición, por ejemplo los caballos, que yo siempre he estado muy unidos a ellos desde muy pequeña ya que mi padre aparte de practicar todos los deportes habidos y por haber era un gran caballista. Hay diferentes caballos de competición: de carreras, salto, doma, rejoneo y de paseo. Todos los que eran de alta competición siempre sufrían lesiones y su tiempo en activo era muy escaso, enseguida había que jubilarlos porque se deterioraban rápidamente.

Los españoles no tenemos término medio pasamos del” sillón Ball” al Maratón de Nueva York, y eso tiene sus riesgos.
Sin embargo los que yo he tenido eran de paseo, equinos de buenas cuadras, hispanoárabes, con muy buena sangre y excelente porte que los tenías a tu lado en perfectas condiciones durante muchísimos años porque a los catorce años todavía estaban de buen ver. Pues exactamente pasa con las personas: los grandes deportistas a lo largo de la historia, efectuando Di Stefano, que en paz descanse , se jubilan muy pronto como los futbolistas que siendo muy jóvenes están muy machacados y su carrera es por tanto corta.
A mayor deporte de élite mayor desgaste; me acuerdo en la Universidad de la Complutense, en la Facultad de Ciencias de la Información, cuando teníamos de compañero a Pérez de Tudela: todos éramos chicos jóvenes mientras que él parecía un hombre maduro. ¿Cuál es la razón? El desgaste, la oxidación de todo el organismo.
Siempre he puesto el ejemplo de cuando estás en la cocina y en las encimeras cortas una manzana por la mitad, te comes una parte y la otra la dejas para más tarde. Al cabo de las horas vuelves y la manzana ha cambiado de color, está oscura por motivo de la oxidación. Es lo mismo que nos ocurre con nuestras células, comienzan a multiplicarse y al tener un esfuerzo extra se dañan y comienzan a liberar los famosos radicales libres provocándonos un envejecimiento prematuro.

aciendo surf en el mar: a mayor deporte de Elite mayor desgaste
Deporte sí, deporte no
No puedo dar una contestación rotunda en un sentido o en otro. Pero sí os puedo decir después de entrevistar a muchos especialistas, deportistas y médicos sobre si el ejercicio físico es bueno para la salud, me atrevería a confirmar que hay que tener en cuenta varios factores muy importantes:
- La salud y la edad de quien lo practica.
- Duración del ejercicio.
- Intensidad.
- Cantidad.
- Tipo.
Esta sociedad que tenemos valora el ejercicio físico como algo muy positivo y saludable y hoy creo que debemos cuestionar hasta qué punto cuánto ejercicio físico es sano y que el deporte es sinónimo de salud y cuál es el que se debe practicar. De una forma absurda nos hemos creado que cuanto más ejercicio se realice mayores serán los beneficios en lo que se refiere a nuestra salud y por supuesto a nuestra imagen corporal.
Pienso que se han creado unos tópicos incorrectos porque como contrapartida esta actividad puede tener una serie de efectos negativos y especialmente cuando es realizado de forma inadecuada por su frecuencia, intensidad realización y objetivos que pretendemos alcanzar. Cuando vas a Estados Unidos te das cuenta que siempre han estado por delante en todo que los europeos pero como pioneros también han pagado el pato de muchas tendencias.

Los caballos de alta competición sufren lesiones y su tiempo de actividad es muy escaso.
Como ejemplo puedo poner a una gran admiradora mía que siempre ha sido Jane Fonda que con los años que tiene sigue estando en forma. Pero la actriz, en un libro que publicó con Ted Turner, confesó en una de sus páginas que estaba muy arrepentida y quería pedir perdón a millones de seguidores por haber machacado tanto su organismo con ejercicio aeróbicos, pesas, carreras de una forma desmesurada. Y cuando el organismo es joven, porque es joven, y hay que cuidarlo y preservarlo, y cuando es viejo, porque ya no puede con exhaustas largas jornadas de ejercicio, con más razón hay que mimarlo sin someterlo a grandes esfuerzos.
Por todo esto, y la cantidad de lesiones, que tire la primera piedra cualquier persona que haya practicado durante tiempo algún deporte y no haya padecido alguna lesión o secuela por ello. Mi padre, gran caballista, tenía la columna hecha polvo; mi hermano Álvaro, siendo muy joven, practicando pesas de alta competición en el estado de Wisconsin, EEUU, vino a España con lesiones que ha ido arrastrando a lo largo de sus años. Y yo, mi humilde persona que ha practicado mucho deporte, aparte de mi lesión en el brazo a causa del pádel, tuve una caída de competición de salto a caballo lesionándome varias cervicales que me han dado la lata durante toda mi vida.
Si queréis continuo con el rosario de familiares, amigos y residentes en España que se sienten identificados con lo que yo digo. Con esto no quiero que se me malinterprete pensando que soy una enemiga del ejercicio sino todo lo contrario, pero creo que he dejado muy claro las pautas y los comportamientos a seguir, porque como he dicho en otras ocasiones aquí no tenemos término medio, pasamos del “sillón ball” a correr el maratón de Nueva York.
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